Hoy hace 4 años y 3 meses

Tengo un gran defecto, siempre lo he tenido... Tengo una memoria bastante mala... Si me preguntan, por ejemplo, cuál fue el día más feliz cuando estaba en la secundaria... Les aseguro que no me acuerdo... O me acuerdo quizá a medias... De hecho suelo decir que tengo Alzheimer precoz, es decir, que me ataca el alemán y muyyyy fuerte...

En fin, que casi toda mi vida ha pasado como un borrón frente a mí, aunque sea feo decirlo, pero así es... Tiene una parte buena...Luego de un tiempo las experiencias tristes o desagradables se borran casi en su totalidad... No hay cosa que me las traiga a mi memoria, porque, por ejemplo, no soy de las que asocia una canción o un olor con un hecho en particular... Mi memoria no funciona así...

En parte por eso comencé este blog, porque al menos podré dejar un registro y recordar que el día x a horas x mi pensamiento estaba entretenido con cierta situación, circunstancia, deseo, locura, lo que sea...

Pues hoy quiero recordar algo que no deseo que se me olvide, ni siquiera aunque en verdad me dé Alzheimer... Hoy hace 4 años y 3 meses fue mi boda... Aunque los días anteriores a ese día fueron de tensión, por los preparativos, sólo puedo decir que al llegar el gran momento no estuve ni nerviosa, ni propensa al llanto, ni asustada, ¿por qué? Porque sabía que era la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida...

Aunque hemos tenido nuestras altas y bajas, como cualquier matrimonio, nuestros problemas, nuestros líos, sé una cosa... No creo que haya alguien que me complemente mejor, que me ayude en mi camino por la vida, que crie mejor a mi hija ni que me haga sentir querida y deseada, así no sea el típico romántico con versos de amor para toda ocasión...

Mi esposo no solamente es la persona que firmó un papelito conmigo, que pasó por una ceremonia religiosa y social en la que el mundo pudo ver que queríamos estar juntos, es mi compañero de vida, porque desde mucho antes que eso ya nos habíamos escogido el uno al otro... Desde que comenzamos a hablar nos dimos cuenta que lo que compartíamos nos hacía un todo, claro, formado por dos personas, pero dos personas que juntas podían hacer muchas más cosas que estando separados...

Y aquí estamos... Todo este tiempo después, con una hija que es nuestra adoración y viviendo una vida que quizá tiene sus dificultades (como la de todos) pero que al final del camino yo sé que va a ser satisfactorio tomar de la mano a quien nos acompañó y estuvo con nosotros en las buenas, en las malas y en las peores y con quien puedes reirte, soñar, ser como tú eres sin importar apariencias o si te proporcionó x o y cosa en el aspecto material, pero que aún así, no importa lo que ocurra, se queda contigo...