Para mí, hay dos clases de progenitores: los padres, que pueden llevar ese nombre que conlleva esfuerzo y verdadero amor por sus hijos y los 'donadores'.
Un donador es aquél que nada más presenta, erm, digamos, la materia prima para hacer un bebé y después, ¿se acuerdan de Houdini? Pues sabe desaparecer mejor que él.
Un padre, en cambio, se puede encargar, sin temor a que se le caigan sus masculinos atributos, de cambiar pañales, darle el biberón al bebé, arrullarlo, cuidarlo cuando está enfermo, incluso dar de comer como un profesional - con biberón, no se asusten -.
Mi hija y yo tenemos la suerte de tener a nuestro lado a un padre... Que es tan bueno cuidándola como yo. A veces le puede fallar, pero al menos lo intenta... No es un vil 'donador'... A esos los aborrezco hasta cuando no tienen que ver conmigo, pero... Si el resto de las mujeres no se ponen más exigentes en lo que quieren para ellas y para sus hijos, seguirá habiendo de éstos por el mundo... '¡Lástima, Margarito!' diría un personaje de hace algunos años de la televisión.