viernes, septiembre 29, 2006

El remanso


Esta ciudad en que vivo (por estar en el centro de México y ser semiárida) pocas zonas tiene donde pueda uno disfrutar de un poco de sombra y verdor.

Afortunadamente tengo un momentito en que siquiera puedo pasar cerca de eso que me gusta tanto: árboles, plantas, verdor...

Es una esquina, apenas serán 10 metros de largo por 2 de ancho, es apenitas la orilla de la acera, una banca, dos árboles, pero qué bien se siente pasar por ahí.

¡Qué ganas de quedarse ahí, para pensar, reflexionar, incluso trabajar, jejeje! Digo, si mi trabajo fuera de naturaleza itinerante, lo malo que no lo es...

Todas las ciudades deberían tener como norma poner cierta cantidad de verdor en las aceras, en los camellones, en las glorietas, no sólo asfalto y más asfalto.

Pero bueno, quizá algún día aquí entiendan que no es por cumplir cuotas ecológicas (cuánto de zona verde por poblador), sino por darle a la gente un momento de paz, de dejar el estrés a un lado e incluso de ser mejor persona.

1 comentario:

Unknown dijo...

Luisa: es muy cierto eso de que es necesario tener más sitos llenos de verdor, sitios que nos refresquen y nos saquen del concreto y el asfalto que vemos continuamente. Nosotros en la oficina tenemos la ventaja de tener un jardín ampli al frente llemos de matitas y cosas que te sacan de la monotonía.

Un beso!!!