martes, noviembre 18, 2008

Niños, fin de semana largo, objetos encontrados

Nos fuimos de compras y trajimos ¡un muñeco en su caja!

Pues desde la última vez que postee algo pasaron un buen de cosas, principalmente porque he andado como loquita, trabajando, limpiando casa, cuidando niños, también disfrutando el fin de semana largo, etc...

La semana pasada estuvo linda, hermosa (sí, es sarcasmo) porque, para quien no lo sepa, no podía lavar por falta de manguera de desagüe de mi lavadora luego de que se la comió la perra, luego fui por la manguera pero me quedé sin cartera (verso sin esfuerzo, jejeje) y el jueves dije: "ya, hoy en casa, lavo toooda la ropa retrasada y me quedo aquí en casa tranquila". 'Sí, ¿y tu nieve?' me contestó el universo. Como si no hubiera tenido suficientes emociones, al ratito que había conectado la lavadora ¡un corto circuito!

Como se imaginarán, estaba yo que no me calentaba ni el sol. Pero decidí no apanicarme y revisar lo que podía: abrí la clavija de la lavadora (que fue la fuente del corto circuito) y sí, un minihilito de una de las patitas de la clavija había tocado la otra y eso bastó para el relajo. Me fui a ver el apagador interno de la casa, parecía bien, pero aunque lo subí y bajé con todo desconectado, no, no jaló (porque a veces así había funcionado).

Para mi desgracia, la caja de fusibles está afuera y con candado cuya llave se le había perdido a mi casero (sí, la perdió) así que no tenía cómo revisar ahí a menos que consiguiera algún tipo de pinzas para abrir. Pensé en conseguir un electricista y busqué un periódico que teníamos guardado donde se anuncian diversos servicios que llega a esta colonia, pero no, no venía el teléfono de ni un triste electricista. La Sección Amarilla del año pasado y focalizada en mi zona no funciona ni funciona bien, porque lo único que traía con un listado de 'Instalaciones Eléctricas' (como para colocar, me imagino, cableado a una casa completa) y yo requería a un simple y sencillo electricista. La Sección Amarilla que me trajeron de este año ¡es del DF completo y no traía mi zona! En fin...

Me lancé a las tlapalerías a preguntar qué podría ser y qué necesitaría yo (porque para colmo no tenía mucho dinero en mis manos y sin tarjetas, pues menos), pero en una no tenían ni fusibles, qué eficientes, y la otra estaba cerrada. Ya habiendo agotado toda posibilidad, me puse a localizar amigos (quienes estaban trabajando, mala suerte) para ver si tenían el teléfono de algún electricista, pero no, no tenían ninguno. Me lancé a la colonia donde viven mis amigos para ver si en su Sección Amarilla o en algún teléfono ahí en la agenda de su casa de casualidad algún número de electricista, pero no llegué ahí porque en la tlapalería de esa colonia encontré a un electricista, el cual me sugirió primero ver si abriendo y quitando los cables del enchufe donde ocurrió el corto circuito jalaba y si no, llamarle porque al parecer andaba en otro trabajo en ese momento.

Pues ni tarda ni perezosa me lancé de regreso (con todo y niños, porque me fui como gitana con todo y cosas para Leonardo, uno que otro juguete para Michelle, carriola, etc.) y abrí el enchufe... ¡Y nada! Y pues ya iba a llamarle al electricista cuando recordé la boba cantidad que tenía en la bolsa... Ante este obstáculo pues no quedó de otra que comenzar a preguntar por acá por la colonia si alguien tenía unas pinzas como para abrir el dichoso candado, pero tuve suerte (¡vaya!) y un chavo de una pollería aquí cercana se ofreció a ayudarme a abrir el candado y se le ocurrió otra cosa alterna para poder abrir la caja sin pinzas y ¡funcionó!

Efectivamente, eran los fusibles, los cuales fui a comprar a la tlapalería que estaba cerrada y lo bueno que ya la habían abierto y se arregló. Es padre ver que aún hay gente amable que te intenta ayudar aunque ni la conozcas, :)

Ya el viernes fue un día más 'normal', no hubo mucha agua porque estaban reparando el Sistema Cutzamala, pero alcancé a lavar lo más esencial. Llegando el fin de semana se compensó bastante el lío de la semana y estuve bastante contenta, porque para empezar mi marido no tuvo que ir a trabajar en sábado como últimamente, y pues estuvo acá los tres días, así que eso estuvo padre.

Luego, pues me ayudó en todo lo que aún estaba retrasado de la casa, se lució el domingo y el lunes (porque el sábado la verdad no levantamos un dedo ninguno de los dos, estábamos como noqueados).

Ayer lunes fuimos al chequeo de los niños con la pediatra (tenía un buen que no podíamos ir), ambos están bien, Mich con un poco de tos que no se le ha quitado, pero no tan mal. Además tuvo la paciencia de ir a hacer unas compras de ropa (y aborrece ir de compras) con todo y niños y como había barata aprovechamos y estuvimos ahí un buen rato y ¡no protestó! (Eso es casi casi milagroso, de verdad odia las tiendas). Y además conseguí el teléfono del lugar donde compré la manguera (que no me queda cerca ni tampoco aparecía en la Sección Amarilla) y se me ocurrió llamar a ver si ahí se había caído mi cartera (porque el defecto de mi mochila es que, cuando está muy llena, se abre ligeramente y es fácil o meter mano o que se caigan las cosas). Y ¡sí estaba! Apareció la dichosa cartera, soy feliz porque así no tendré que ir a sacar nueva identificación (las tarjetas ya estaban canceladas desde el primer día). Otra cosa más que me hace volver a creer en la humanidad, :)

Hoy martes comenzó de nuevo la rutina, levantarse temprano, pero aparte de un frío congelante, todo va bien. Espero así siga.

2 comentarios:

Zërmend dijo...

mmm... No haz pensado en ir a Chalma??


jajajajajajajaja Sorry.



Definitivamente me queda claro que la paciencia es tu mejor aliada en estos momentos... Era como para irse a internar directito al manicomio... jajajaja, bueno no tanto así, pero sí mínimo ir por una pata de conejo... jajajaja.


Esperemos que aplique el dicho de:

Después de la tormenta...




Saludos.

Ya, creo que terminé.. pa'no dejar pendientes en esta semana...

Uuuf.

Karina Velazquez dijo...

Si sirviera ir a Chalma, iría, pero no, no sirve (y lo sé porque alguna vez fui a ver otra virgen en Oaxaca cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme y no, nada de lo que pedí en ese entonces que sí tenía fe funcionó, jejeje).

Mira que trata uno de ejercitar la paciencia, y pues me lancé a resolver las cosas, no me quedé quejándome, pero híjole, qué semaniiita, de esas ninguna otra por favooor...

Pero creo que sí, ya llegó la calma... :)

¿Y tú también estás contestando posts pendientes? Suele pasar, jajajaja... :)

Saluditos.