¡Ah, qué niños!

Los niños para mí antes eran unas criaturitas extrañas con las que no tenía relación (como dirían Les Luthiers, eran "seres pensantes, casi podría decirse que seres humanos" jajajaja, no es cierto)...

Pero desde que Michelle llegó a mi vida me doy cuenta que los niños tienen esa frescura e ingenio que es imposible de repetir o de entender más que viéndolo de cerca.

Así que he estado guardando unas anécdotas de frases que se ha aventado mi retoño que la verdad me dejaron con el ojo cuadrado.

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Michelle juega a que tiene amigos imaginarios. A veces me dice que llegó una amiguita suya y que va a jugar con ella o que el amiguito fue el que tiró x caja con juguetes. Un día que me hizo precisamente un desorden el diálogo estuvo así:

- Dile a tu amiguito que se vaya a volar
- Mi amiguito no tiene alas.

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Otro día que fuimos con sus tíos (nuestros amigos que viven a como 10 minutos de acá caminando), le pregunta su tía Anita que si traía dinero para una paleta y su respuesta fue algo original.

- Michelle, ¿dónde dejaste el dinero?
- Se quedó en la otra Michelle.

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En otra ocasión, que fuimos al mercado, Arturo (mi marido) subió a Mich a sus hombros y lo iba despeinando. Su tío Germán le dice:

- Tu papá se debe de peinar para conseguir novia…
- ¡Nooooo! ¡Mi papá ya tiene novia! (o sea, yo)

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Un día yo estaba cocinando y había varias cosas con las que estaba haciendo la comida. Se metió una mosca a la cocina y andaba rondando la carne, así que le dije a Mich:

- Amor, espanta la mosca de la mesa.
- ¡Buuuu!

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A veces Michelle reacciona como si ya fuera adolescente, es decir, un poquito irreverente la condenada... En esa ocasión de plano creo que sí caí en lo obvio al no hacer la pregunta correcta cuando vi una pulsera que traía puesta, unos minutos atrás, en su mano y que es medio difícil de quitar.

- ¡Ah, caray!, ¿cómo te quitaste la pulsera?
- Con las manos… (esto con cara de "¡Ay, mamá, qué preguntitas!")