Pues bien, aunque ya se lo hemos comunicado a familia y amigos más cercanos (o a los que hemos podido encontrar más rápido, jejeje) hago de su conocimiento que Michelle ya no va a ser hija única.... Sip, en aproximadamente 7 meses Michelle va a tener un hermanito o hermanita.
No tiene mucho que confirmamos la noticia, aunque yo ya me sentía rara desde hace algunas semanas... Pero apenas pudimos ir al doctor. Y efectivamente, al parecer ya tiene 10 semanas. Nacería a finales de marzo o principios de abril. Así que nos pondremos a reunir pañales y lo que se pueda, jejeje... :)
Pero bueno, como cuando nos enteramos de Michelle, aún estamos asimilándolo, jejeje, contentos, pero asimilándolo... ¿Me explico? Al principio la idea de ser madre o padre te abruma, pero después te vas sintiendo bien y encariñándote más con esa personita que todavía ni ves.
En fin, que al menos sé que no estoy en la misma situación que la siguiente mamá, jejeje, a pesar de que sólo tengo una hija que me haga las visitas al súper una odisea y pronto serán dos peques, cómo me sentí identificada en su descripción de su visita al supermercado que puso en e-Bay... La razón es que está vendiendo unas tarjetas de Pokemón que sus hijos le 'deslizaron' al ir de compras. Pero lean su historia, está algo larga, pero creo que vale la pena.
Vendo un montón de tarjetas de Pokemon. ¿Por qué? Porque mis hijos las escondieron en el carrito mientras estaba en el supermercado y terminé comprándolas porque no noté que estaban ahí hasta que llegamos a nuestra casa. ¿Cómo pude no notar que estaban en el carrito, preguntan? Déjenme explicarles.
No han vivido hasta que van a un supermercado con seis niños. Preferiría nadar, cubierta en carnada, a través del Canal de la Mancha, ser un participante de "Fear Factor" cuando dan cerebros de cerdo para comer, o hacer matemáticas de cuarto grado que llevar a los niños al supermercado. Odio absolutamente este tipo de compras, por lo que tiendo a posponerlas tanto como puedo. Llega un momento, sin embargo, cuando, al ver dentro de tu refrigerador piensas 'Hmm, ¿qué puedo hacer con catsup, aderezo Italian y medio ajo?'. Entonces decides que no puedes evitar ir al supermercado más tiempo. Antes de comenzar esta misión imposible, reúno a los niños y les doy 'El Sermón'
'El Sermón' es algo así:
"Mamá: Tenemos que ir al supermercado"
"Niños: (Quejas, quejas, quejas, quejas)"
"Mamá: Hey, no quiero ir tampoco, pero es eso o comer crema de ajo-catsup y beber aderezo Italian para cenar hoy".
"Niños: (Quejas, quejas, quejas, quejas)
"Mamá: Las reglas son: no me pidan nada, no picoteen los paquetes de carne en la sección de Carnicería, no prueben las leyes de física y traten de sacar la lata de hasta abajo en las pirámides de artículos, no jueguen beisbol con naranjas en la sección de verduras, y lo más importante, no traten de dejar a su hermano en la tienda... de nuevo".
Ok, los niños han sido advertidos. Tiempo de irnos.
En la tienda, agarramos dos carritos de compras. Yo cargo al bebé en la cangurera y dos niños pequeños se sientan en los carros mientras yo empujo un carro y mi hijo mayor empuja el otro. Mi hija mayor no tiene permitido empujar un carrito. Nunca. ¿Por qué? Porque la última vez que la dejé, me pegó en los tobillos tantas veces que tuvieron que amputarme los pies al final de las compras, lo cual no es bueno. Traten de correr sin pies tras un bebé y verán.
En este punto, una mujer mira nuestros dos carritos y me pregunta 'Son todos suyos' Yo contesto de buena manera '¡Sip!'
'Cielos, sí que tiene mucho trabajo'
'Sí, pero es divertido', digo sonriendo. He oído esto antes. De hecho, lo oigo cada vez que voy a algún lado con mi parentela.
Comenzamos en la zona de verduras, donde se encuentran estas pirámides de fruta maravillosa y artísticamente arreglads. Hay algo tan irrestiblemente atrayente acerca de la manzana en el fondo de la pila, que un niño no puede evitar tocarla. Me volteo ante el sonido de manzanas cayendo al piso. Como Indiana Jones, ahí está mi hijo parado sosteniendo el tesoro que TENÍA que obtener y mirándome con una mirada que parece decir '¿Viste? Wow, nunca pensé que pasaría eso'.
Le dirijo al niño infractor un suspiro desesperado y le digo 'No te dije, antes que nos fueramos, que no quería que sacaras cosas del fondo de una pirámide???'
'No, dijiste que no querías que sacáramos latas de las pirámides. No dijiste nada de manzanas'.
Con esfuerzo sobrehumano, resisto la urgencia de enviar a mi hijo a la luna y me enfoco en lo positivo - ¡¡mi hijo me escuchó y recordó algo de lo que dije!! Hago una nota mental de ser más específica la próxima vez que les dé El Sermón.
Un anciano y bajo hombre nos mira a todos y pregunta '¿Son todos sus hijos?' Pensando en el incidente de las manzanas respondo 'Nop, comenzaron a seguirme, nunca los había visto en mi vida'.
Ok, ahora vamos a la sección de Pastelería donde todo huele tan bien, que estoy tentada a llenar el carrito con galletas y terminar las compras. Ya que estoy en perpetua dieta, trato de apurarme entre el montón de pays, pasteles, panes y pastitas que hacen que mis hijos babeen. En este punto un coro de '¿Me compras...?' comienza.
'¿Nos compras donas?
'No'.
'¿Nos compras panquecitos?'
'No'.
'¿Podemos comprar pay?'
'No'.
"Pensarías que ya entendieron para este momento, pero no, sólo comenzaron.
"En la Pastelería están dando muestras gratis de pastel de café y por supuesto, mis hijos todos toman uno. El niño de 2 decide que no le gusta y procede a escupirlo en mi mano. (Eso es lo que las mamás hacemos, ponemos nuestras manos frente a la boca de nuestros hijos de modo que escupan en ellas. Preferimos cargar un pedazo de pastel de café masticado que nuestro hijo escupa en el piso. No estoy segura por qué es así, pero pregúntale a cualquier mamá y te dirá lo mismo). Por supuesto, no hay un bote de basura cerca, así que continúo comprando con una mano mientras busco algún lugar donde tirar lo regurgitado en mi mano.
En la sección de Carnicería, una madre con un bebé pequeño me pregunta 'Wow, ¿Son suyos los seis?' Le contesto 'Sí, pero estoy pensando en vender a un par de ellos'.
(Y en este punto sigo buscando un bote de basura)
Ok, después de la Carnicería, la atención de mi hijos está dispersa. Ellos ya terminaron de comprar, pero no estamos ni a la mitad de la tienda. En este momento es cuando comienzan a tener carreras con los carritos. ¿Y quién es el responsable de enseñarles este divertido pasatiempo? Mi séptimo 'hijo', también conocido como mi marido. Mientras escojo pan de caja, los niños corren por los pasillos detrás de sus carritos en un esfuerzo de hacer que nos echen de la tienda. Paro la carrera justo antes de que mi hijo golpee un estante de cartón con paquetes de galletas.
¡Ah! Sí, finalmente un pequeño bote de basura cerca de la cafetera en el pasillo de los cereales me deja tirar los contenidos húmedos de mi mano. Después de estar hora y media en el pasillo de los cereales mientras los niños tratan de escoger entre varios, comparando el juguete plástico de cada caja, me canso y les dejo llevar a cada uno una caja. En un día cualquiera, tenemos 20 cajas abiertas de cereal en mi casa.
Mientras esto sucede, mi hijo de 2 está jugando a ser Houdini y maniobrando para salirse del cinturón y pararse en el carro. Estoy sorpendida que el chico halla llegado a su segundo cumpleaños sin sufrir daños cerebrales. Entre tratar de salirse del carro, chupa las barras de metal. ¿Puedes decir 'influenza?'
La compra continúa así. Acallo los pleitos entre los niños y me inclino para volver a meter cosas que el bebé arrojó del carrito. Desesperadamente trato de comprar todo en mi lista sin que se añadan más cosas a los carritos.
De alguna manera me las arreglo para completar las compras en menos de cuatro horas y me dirijo a las cajas, donde mis hijos comienzan un coro de '¿Podemos comprar dulces?' ¿Qué mente retorcida dcidió que sería buena idea poner dulces en las cajas registradoras, al nivel de los ojos de los niños? Obviamente alguien que nunca ha ido acompañado de niños a comprar.
Mientras descargo los carritos, noto muchos objetos extras que mis hijos metieron sin que yo me diera cuenta. Quito una caja de Twinkies, un paquete de panquecitos, una bolsa de dulce y una lata de comida para gato (¡y ni siquiera tenemos gato!) De alguna forma no vi la caja de cartas de Pokemon y terminé comprándolas. Pero eso sí, mientras pago, el cajero me mira, señala a mis hijos y pregunta '¿Son todos suyos?'
Frustrada, exhausta del viaje, enferma del estómago por escribir un cheque de 289 dólares, temiendo el momento de descargar todas las compras y guardarlas, y harta de oir la misma pregunta, miro al cajero y le digo en mi voz más sarcástica 'No, no son míos. Simplemento busco en el vecindario niños para llevar al supermercado porque es mucho más divertido de esta manera.
6 comentarios:
por favor que no sean sextillizos!
:* besos
Kari... muchas felicidades!!!!
Mucha suerte y muchas mas bendiciones!
=)
no habia leido completa la "historia" de esta pobre mujer!!!!! jajajajajaja pero esta excelente!!!
(un tanto cruel!!!)
Un beso!
KARINA:
No te pasó que esa noche no durmieron¿?... Acostados en la cama, con la mente en blanco y agarrados de la mano¿?...
A poco no es genial¿?.
Mario A.
K-ti-k:
Jejeje, la maternidad también puede ser cruel, jejeje...
Mario:
Pues dormí porque estaba muy cansada, jajaja, pero camino del consultorio a mi casa y el resto del día estaba con cara de 'oooorale'... Pero sí, es padre, jejeje... :)
Igual te das una vuelta por el space.live para que veas una entrada que he puesto para ti. :)
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