Es gratificante darse cuenta que ya no soy tan 'torpe' como mamá como era cuando nació Michelle. Fuimos a la primera cita con la pediatra de Leo (que amablemente nos recomendaron y está cerca de la casa, no hasta el DF que es donde yo conozco pediatras).
Total, que la doctora se ve tranquila, eficiente y accesible. Le hizo la revisión de rigor y nos preguntó todo lo importante de Leonardo. Curiosamente nosotros también ya teníamos experiencia en varias situaciones de Leo: le atinamos a que trae reflujo fisiológico (pobre, es feo que esté arroja y arroja leche) y también a que su ombligo necesitamos empujárselo tantito hacia adentro para que no haya posibilidad de hernia (como pasó con Michelle, a la cual ya casi casi quería mandar a operar el #%&"&$ primer pediatra con el que fuimos).
Es sorprendente también cómo crecen los bebés. Nuestro retoño creció de 47 a 51 centímetros en mes y medio. Y de peso, qué bárbaro, lo 'descompactaron': de 2.4 a 3.9 kilos. ¡Kilo y medio en un mes! Ya decía yo que ya no se veía flaquito y frágil como cuando nació.
Pues ya nos dieron sus primeras medicinas y vitaminas, hasta una crema para su piel 'delicada', ¡tenía que salir a su padre con piel de papel arroz, jajajaja! Debería de aprender a su madre, que si no es 'negrita teflón', jejeje, sí aguanta hooooras de rayos solares y no se quema tan feo, jejeje.
Por otro lado, su hermana mayor la verdad se ha portado sorprendentemente bien el 90 por ciento del tiempo (digo, también tiene su 10 por ciento, pero yo creo que todos los niños y sin tener hermanito que los 'desequilibre').
Y ya en otras cosas, por fin pude tomarle fotos cn la cámara fotográfica que tenía ahí un poco arrumbada porque las pilas recargables no le daban suficiente energía para poder tomar una foto.
Aquí algunas de las imágenes que más me gustaron:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario