El día a día

Hoy me di cuenta que ya caí en la rutina del día a día, la que a veces parece que no deja nada permanente.

Esta es la primera vez que estoy verdaderamente sin actividades extrahogar (porque vaya que hay actividades hogareñas en esta casa, aunque sea mega pequeña).

Antes que esto, cuando me quedé en casa, me tocó tener un negocio en el que nos repartíamos mi marido y yo el tiempo de estar ahí y tener todo en orden. Es decir, no estaba en casa de tiempo completo.

Ahora pues mis actividades son de índole más privada, menos con resultados visibles para el mundo exterior, porque definitivamente también tengo retos y resuelvo cosas al estar en casa: tener el lugar limpio, las cosas arregladas, un orden para que todo funcione, resolver que haya comida, ponerles un horario a Michelle y próximamente a Leonardo, tenerla entretenida, a gusto, resolver sus dudas, educarla minuto a minuto, ayudarle con sus tareas. Todo esto requiere energía física y mental, aunque algunos que no se enfrentan a ello crean que es 'fácil'.

Pero creo que caí en la rutina... Digo, sigo leyendo libros, revistas, periódicos, sigo reflexionando, creando mi propia opinón, intentando mantener la mente activa pero actividades externas pues no. Y estoy buscando desesperadamente qué hacer, algo que me permita atender bien a Michelle y al mismo tiempo realizarme en alguna forma, no sé, algo que me permita resolver problemas que impacten a otros.

Algo se me tiene que ocurrir, porque aparte que nunca me ha gustado estar sin proyecto, creo que puedo aportarle algo al mundo, aunque sea en una cosa pequeña... Ya llegará la inspiración.