Pata de perro

Aquí estoy de regreso... Me fui de vacaciones, o como decimos en México, me fui de 'pata de perro' (a andar por ahí caminando de un lado a otro)...

Sin embargo, este viaje, aunque no saliera a muchos lados, aunque no visitara parques, museos, cines o plazas, me dejó mucho...

A veces algo como un viaje se vuelve enriquecedor al descubrir que puedes encontrarte (aunque ya creas conocerlas) con personas que te demuestran que aún existe la generosidad en este mundo... Que aún hay gente que te extiende la mano incondicionalmente para ayudarte a salir de tu agujero (material, espiritual o emocional)... Que existen quienes son capaces de literalmente cansarse, mover su entorno, otorgarte su tiempo para ayudarte...

Con esa gente me encontré en este viaje, y como no siempre se da, yo digo que vale la pena mencionarlos. Gracias, Anita, Germán, Emma, Vic, Lucián e Isabel porque cada uno quiso aportarle algo a nuestra estancia por allá por el D.F. y de hecho lo aportó, ya fueran consejos, plática, risas, sugerencias, entre otras cosas.

Gracias, Susy, Óscar y Fer por recibirnos en su casa y dejar que mi pequeño torbellino (leáse Michelle) les moviera todas sus cosas... A Susy especialmente por aventarse yo creo que kilómetro y medio caminando conmigo y la chaparra para ir a buscar algunas cosas importantes para nosotros, por la rica comida y por la más rica aún plática que nos aventamos (ojalá se repita).

Gracias a Ruth y a Tato que siempre que vamos para mi tierra me hacen sentir más que bienvenida... Que nos escuchan en nuestras locuras y nos otorgan su tiempo aunque a veces sea escaso :)

Ustedes son, sinceramente, como mi familia extendida... :)