De repente, aunque parezca que no (la cara no ayuda) tengo mis epifanías. El lunes en la mañana, mientras caminaba por Patriotismo luego de una entrevista de trabajo (de la que saqué la conclusión de que la gente quiere demasiado por muy poco) una de esas revelaciones llegó a mi cabeza.
Últimamente, hemos estado en una racha que no ha sido precisamente positiva, me he sentido peor que viajero abandonado en el desierto: agotada, desesperanzada, pensando si debimos de tomar la bifurcación a la izquierda y no a la derecha, si debí tener otro tipo de acercamiento con los "guías" (gente que influyó en mi vida) o si no me equivoqué al escogerlos de plano, en fin, suficiente con esta metáfora.
Pero definitivamente una cosa es cierta: no se sale de ningún problema quedándose ahí, tirado, esperando que llegue el momento final. O comienzas a ver qué tienes a favor y te mueves (sea mucho o poco, sea un bote de agua o una túnica -ok, ya, dejo la metáfora del desierto-) o de verdad llega un punto en que ya no podrás hacer nada.
Claro, hay que planear y tratar de ver hasta dónde se puede llegar con lo que se tiene a la mano, pero no tanto que te paralices. También hay que saber con quién cuentas en el viaje y que a veces hay que tomar caminos separados (quizá te encuentres después con esos viajeros, quizá no).
Así que llegué a la idea de que tomaré la mano de aquellos que sé que van en mi dirección y me apoyan incondicionalmente, diré hasta luego o adiós (sin que queden en mí malos sentimientos residuales, como rencores) a personas, arrepentimientos, miedos, fracasos que me lastran emocionalmente, y caminaré a donde creo que está mi oasis.
Creo que cuando tienes claro lo que necesitas y lo expresas estás dando un paso a obtener eso que tanto has buscado. Si el mundo no entiende por qué tomas ese camino una vez que lo dijiste tan claro como pudiste, es problema del mundo. Como me dijeron una vez por ahí 'hay que dejar las cosas o la gente ir para que venga algo mejor'.
Quizá ese algo mejor sea otra gente; la misma, pero viéndose en diferente actitud; más satisfactores (no sólo materiales, también emocionales); menos, pero un cambio que haga innecesario lo que antes tanto creías necesitar, en fin... Tantos factores...
Pero la verdad creo que meterme a un mundo de lamentaciones sin fin no puede llevar a nada. Al primer instante, sí, quizá desahogo, pero ¿y luego? Tampoco pretendo ser ni perfecta ni Miss 'Rayito de Sol' que sonríe aunque la pateen, jajaja, pero sí tomaré algo de aire si algo me golpea y seguiré. A algún lugar tengo que llegar, :)
1 comentario:
Hola! creo que nunca te había dejado un comentario pero sigo tu blog, me agrada lo que escribes y sobretodo también soy de Veracruz al igual que tú, eso ha llamado más mi atención, y bueno quise dejarte un saludo, espero me visites algún día de estos.
Hasta pronto! http://gmacn.blogspot.com/
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