Qué sorpresa fue leer, en un blog que sigo (y que hace mucho no leía por falta de tiempo) que la autora, Charlotte Hilton Andersen, cuenta una experiencia que le pasó en el gimnasio y cómo descubrió que esa sensación de ser diferente, rara, tiene una razón.
Estando en su clase de zumba se preparaba para iniciar cuando sintió algo que no estaba ahí el día anterior: una brisa.
Por desgracia para Charlotte una compañera de clase tenía el ventilador apuntando hacia ella y hacia Charlotte. Lo que no sabía era que Charlotte siempreha tenido una aversión a la brisa de los ventiladores, así que cuando tuvo su primera oportunidad discretamente lo movió para que no estuviera dirigida a ella, pero también de paso dejó a la mujer de adelante sin brisa, con lo cual obtuvo una mirada de "regresa el ventilador a su lugar" y tuvo que ponerlo ahí.
Sin embargo, logró evitar el ventilador cambiando de lugar con su amiga, a quien tenía junto (pero a la que no le llegaba el aire del ventilador). Después notó que la compañera de clase la veía con mala cara y se preguntó si no pensaría que estaba evitándola o teniendo algún tipo de pelea dancística con ella. Así que tuvo que ir y explicarle que era contra el ventilador la pelea, que nunca ha podido soportarlos.
Y es que Charlotte siempre ha sido altamente sensible a cosas que estimulan de modo constante: música de fondo en los restaurantes, luces parpadeantes, voces muy agudas, no puede simplemente ignorarlas. No le es posible ignorar el viento del ventilador, como cualquier otra persona.
Además, también le cuesta trabajo ignorar los humores de otras personas, incluso en la televisión. Se siente físicamente influenciada por ello y mal. Y resulta que esto es un rasgo de personalidad y se llama "persona altamente sensible".
Esta característica se presenta en 1 de cada 20 personas. Incluso una doctora, Elaine Aron, quien escribió un libro al respecto, tiene un test (en inglés) para distinguir si uno la tiene. Y como sospechaba, luego de leer el problema que tuvo Charlotte con el ventilador y hacer el test, di "positivo" en 26 de 27 preguntas, así que definitivamente tengo esa "cualidad".
Soy altamente sensible al dolor (todo me duele demasiado, sea que me pegue en un dedo del pie con un mueble o me raspe con la pared o cuestiones que a otras persona NO le duelen tanto, a mí sí). Me siento estresada cuando hay demasiados estímulos a mi alrededor. La música fuerte (como la banda, que usa instrumentos que son muy intensos, por algo me molesta) no la puedo "apagar" o "ignorar" como me piden algunas personas. A veces soy muy sensible a pequeños cambios en el ambiente (ok, casi siempre :P ).
Otras cosas que no soy buena manejando: los olores fuertes (cigarro, una cañería, aceite quemado), telas ásperas (no soporto la lana, por ejemplo) o luces muy brillantes (mi ambiente ideal: luces atenuadas, cortinas cerradas o al menos que no entre la luz directo a mis ojos). Si tengo mucho que hacer en poco tiempo y me están vigilando o presionando me estreso y lo hago peor de lo que lo haría sin esas presiones (sí, me caigo mal por eso). No puedo tener mucha hambre por mucho tiempo porque me desconcentro y me pongo de malas.
También tiene cosas buenas, soy sensible a la buena música, arte, sabores u olores placenteros, etc. Este tipo de personas son muy trabajadoras, ordenadas, comprometidas con lo que hacen, pueden sentir qué hay que arreglar de una situación para que la gente esté más cómoda y lo hacen.
Lo importante de saber que estás en ese grupo de 1 en 20 personas altamente sensibles es que al menos se puede uno explicar por qué rayos sientes las cosas con tanta intensidad, aunque lo trates de bajar o disimular o poner cara de buenos amigos o no ser una molestia con tu alta sensibilidad a los demás, aunque casi siempre lo notan y creen que es algo contra ellos cuando en realidad la batalla la tienes contra ti misma o mismo.
Y pues no es necesario sentirse un fenómeno de la naturaleza o extraña. La cuestión es afinar lo bueno que te puede traer el ser muy sensible. Hay que tratar de escuchar lo que uno necesita y resolverlo sin molestar a los demás. Reírse de uno mismo. Disfrutar el que puedes ser muy empática con otras personas y comprender cosas que quizá otros no, o que sientes de manera más intensa lo increíble de una buena pieza de música, de un buen vino, de una buena comida, de una flor, etc. Yo he podido ir bajando mi "locura" un poquito tratando de analizarme a mí misma y qué cosas me ponen los pelos de punta y, por ejemplo, si no soporto x música, tratar de no decirlo y simplemente usar mis audífonos a discreción.
Todos tenemos nuestras cuestiones, pero creo que se puede aprender de nosotros mismos y sentirse más a gusto con uno mismo. Y en eso estoy.
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